Atravesando Aguapesada nos encontramos con este lugar emblemático en la ruta del Camino de Fisterra y Muxía, que evoca una sensación de misterio y asombro entre los peregrinos que lo atraviesan. Se trata de la subida al Mar de Ovellas. Un lugar con una singular historia.

En las postrimerías del S.XVIII – XIX operaba en la zona unos banda de delincuentes apodados “Os Baldomeros” que atemorizaban a los peregrinos que pasaban por ahí en dirección a Muxía y Fisterre.

Según la tradición, atravesar el Mar de Ovellas en el pasado provocaba una sensación inexplicable en los peregrinos, que sentían un escalofrío recorrer su espina dorsal al adentrarse en este paisaje aparentemente tranquilo. Se cuenta que algunos peregrinos experimentaban una sensación de inquietud o presencia espiritual en este lugar, lo que despertaba sus sentidos y los ponía en guardia.

En resumen, el Mar de Ovellas es mucho más que un simple paisaje en el Camino de Fisterra y Muxía; es un lugar impregnado de historia, misterio y magia que deja una impresión duradera en todos los que tienen el privilegio de cruzarlo. Es una experiencia única que invita a los peregrinos a reflexionar sobre el poder y la belleza de la naturaleza, así como sobre los misterios más profundos del Camino de Santiago.