Portada » Portomarin
Portomarín, una encantadora localidad gallega situada en la provincia de Lugo, es un destino destacado en el Camino de Santiago que cautiva a los peregrinos con su rica historia, su arquitectura impresionante y su entorno natural espectacular. Con una ubicación estratégica a orillas del río Miño, esta villa ofrece una experiencia única que combina cultura, tradición y belleza paisajística.
Al llegar a Portomarín, los caminantes son recibidos por su imponente iglesia-fortaleza de San Juan, un monumento histórico que domina el horizonte con su presencia majestuosa. Construida en el siglo XII, esta iglesia es un ejemplo impresionante de la arquitectura románica y sirvió como refugio seguro para los habitantes del pueblo durante siglos.
El embalse y la inundación del antiguo pueblo de Portomarín son parte de una historia fascinante y a veces trágica que forma parte del legado de esta localidad gallega. En la década de 1960, durante la construcción de la presa de Belesar en el río Miño, se planificó la creación de un embalse que inundaría varias áreas a lo largo del valle, incluido el antiguo Portomarín.
Ante la inminente inundación, se tomó la decisión de trasladar el pueblo a una ubicación más alta y segura, evitando así su destrucción total. Este proyecto monumental implicó el desmantelamiento y la reconstrucción de numerosos edificios históricos, incluida la iglesia-fortaleza de San Juan, piedra a piedra, en su nueva ubicación.
El traslado del pueblo de Portomarín fue un desafío logístico y emocional para sus habitantes, muchos de los cuales tenían fuertes lazos con su tierra y su patrimonio. Sin embargo, este proceso también abrió un nuevo capítulo en la historia de la localidad, permitiendo que su legado perdurara en un entorno moderno y adaptado a las necesidades contemporáneas.
Hoy en día, el antiguo Portomarín yace sumergido bajo las aguas del embalse, pero en tiempos de sequía ocasionalmente emerge, revelando los restos de calles, casas y edificios que una vez formaron parte del paisaje de la región. Este fenómeno añade una capa adicional de intriga y misterio a la historia de Portomarín, recordándonos la fuerza de la naturaleza y la capacidad de adaptación del ser humano frente a los cambios del entorno.
Caminar por las calles empedradas de Portomarín es como retroceder en el tiempo, con sus antiguas casas de piedra, sus plazas animadas y sus rincones llenos de encanto que evocan la vida en la Edad Media. No te pierdas la oportunidad de explorar el casco antiguo y descubrir los secretos que guarda cada rincón de esta encantadora localidad.
Además de su patrimonio histórico, Portomarín ofrece a los visitantes la oportunidad de disfrutar de la gastronomía gallega. Los restaurantes y bares del pueblo sirven deliciosas especialidades locales, como el pulpo a la gallega, el lacón con grelos y los quesos artesanales, que deleitan los paladares más exigentes.
En resumen, Portomarín es mucho más que una simple parada en el Camino de Santiago; es un destino que invita a los peregrinos a maravillarse con su historia, a disfrutar de su cultura y a conectar con la belleza de la naturaleza gallega. No te pierdas la oportunidad de descubrir todos los tesoros que esta encantadora villa tiene para ofrecer durante tu viaje por el Camino.
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Portomarín, una encantadora localidad gallega situada en la provincia de Lugo, es un destino destacado en el Camino de Santiago que cautiva a los peregrinos con su rica historia, su arquitectura impresionante y su entorno natural espectacular. Con una ubicación estratégica a orillas del río Miño, esta villa ofrece una experiencia única que combina cultura, tradición y belleza paisajística.
Al llegar a Portomarín, los caminantes son recibidos por su imponente iglesia-fortaleza de San Juan, un monumento histórico que domina el horizonte con su presencia majestuosa. Construida en el siglo XII, esta iglesia es un ejemplo impresionante de la arquitectura románica y sirvió como refugio seguro para los habitantes del pueblo durante siglos.
El embalse y la inundación del antiguo pueblo de Portomarín son parte de una historia fascinante y a veces trágica que forma parte del legado de esta localidad gallega. En la década de 1960, durante la construcción de la presa de Belesar en el río Miño, se planificó la creación de un embalse que inundaría varias áreas a lo largo del valle, incluido el antiguo Portomarín.
Ante la inminente inundación, se tomó la decisión de trasladar el pueblo a una ubicación más alta y segura, evitando así su destrucción total. Este proyecto monumental implicó el desmantelamiento y la reconstrucción de numerosos edificios históricos, incluida la iglesia-fortaleza de San Juan, piedra a piedra, en su nueva ubicación.
El traslado del pueblo de Portomarín fue un desafío logístico y emocional para sus habitantes, muchos de los cuales tenían fuertes lazos con su tierra y su patrimonio. Sin embargo, este proceso también abrió un nuevo capítulo en la historia de la localidad, permitiendo que su legado perdurara en un entorno moderno y adaptado a las necesidades contemporáneas.
Hoy en día, el antiguo Portomarín yace sumergido bajo las aguas del embalse, pero en tiempos de sequía ocasionalmente emerge, revelando los restos de calles, casas y edificios que una vez formaron parte del paisaje de la región. Este fenómeno añade una capa adicional de intriga y misterio a la historia de Portomarín, recordándonos la fuerza de la naturaleza y la capacidad de adaptación del ser humano frente a los cambios del entorno.
Caminar por las calles empedradas de Portomarín es como retroceder en el tiempo, con sus antiguas casas de piedra, sus plazas animadas y sus rincones llenos de encanto que evocan la vida en la Edad Media. No te pierdas la oportunidad de explorar el casco antiguo y descubrir los secretos que guarda cada rincón de esta encantadora localidad.
Además de su patrimonio histórico, Portomarín ofrece a los visitantes la oportunidad de disfrutar de la gastronomía gallega. Los restaurantes y bares del pueblo sirven deliciosas especialidades locales, como el pulpo a la gallega, el lacón con grelos y los quesos artesanales, que deleitan los paladares más exigentes.
En resumen, Portomarín es mucho más que una simple parada en el Camino de Santiago; es un destino que invita a los peregrinos a maravillarse con su historia, a disfrutar de su cultura y a conectar con la belleza de la naturaleza gallega. No te pierdas la oportunidad de descubrir todos los tesoros que esta encantadora villa tiene para ofrecer durante tu viaje por el Camino.