Oliva de Plasencia: Tesoro Rural en la Vía de la Plata

En pleno corazón de Extremadura, la pequeña localidad de Oliva de Plasencia se erige como un auténtico tesoro rural en el recorrido de la Vía de la Plata del Camino de Santiago. Este apacible pueblo, de profundas raíces históricas, cautiva a los peregrinos y visitantes con su autenticidad y su rico patrimonio cultural y natural.

Encanto Arquitectónico

Calles Empedradas y Casas Tradicionales

Pasear por las tranquilas calles empedradas de Oliva de Plasencia es sumergirse en la esencia de la arquitectura popular extremeña. Las casas blancas de una y dos plantas, construidas con materiales como la piedra, el adobe y la madera de encina, crean un ambiente acogedor y pintoresco.

Iglesia de San Andrés Apóstol

El principal monumento de Oliva de Plasencia es su iglesia parroquial, la Iglesia de San Andrés Apóstol. Esta joya del arte mudéjar, construida en el siglo XVI, destaca por su elegante torre y su sencillo interior de piedra y madera.

Naturaleza y Tradiciones

Dehesas y Encinares

Los alrededores de Oliva de Plasencia están salpicados de frondosas dehesas y encinares que brindan un entorno natural idílico. Estos paisajes son el hábitat de una rica fauna autóctona, incluyendo especies de aves como la cigüeña negra y el águila imperial.

Fiestas y Costumbres Populares

Oliva de Plasencia también destaca por sus fiestas y tradiciones populares, como la Romería de San Isidro Labrador, celebrada cada 15 de mayo. En esta fiesta, los vecinos engalanan sus casas y salen a las calles para disfrutar de la música, la gastronomía local y las danzas tradicionales.

Si buscas un destino rural auténtico y lleno de encanto en la Vía de la Plata del Camino de Santiago, no dejes de visitar Oliva de Plasencia. Este pueblo extremeño te cautivará con su belleza arquitectónica, sus tradiciones ancestrales y su entorno natural incomparable.